Ayer
asistí a mi primer congreso nacional para pacientes con cáncer organizado por
GEPAC, como me ocurre casi siempre que acudo a uno de estos actos salí con las
pilas cargadas de energía y positivismo.
Una se encuentra rodeada de tantos luchadores, gente que no pierde la fe
ni la esperanza, aunque el cáncer se empecine en reaparecer una y otra vez. Que no puedo más que admirar su
tesón y su fuerza, a lado de las historias que escuché ayer lo mía se me hace
nimia e insignificante.
Estaba
sentada en el auditorio escuchando la ponencia sobre la cirugía del cáncer de
mama en el siglo XXI y me llamo la atención su pañuelo rojo anudado con fuerza
en la nuca, y reivindicado su lugar. Se
levantó temblorosa y pidió el micrófono, tenía tantas dudas y tantas cosas y
experiencias que compartir que apenas encontraba las palabras, pero cuando tuvo
el micrófono entre sus manos su voz sonó firme, fuerte y clara. “Me llamó Lucia y tengo 38 años, dijo, hace
tres años me diagnosticaron cáncer de mama, me practicaron mastectomía radical y
me vaciaron la axila. Al terminar con la quimioterapia y la radio empezó el
proceso de reconstrucción, primero me colocaron un expansor y luego una prótesis
de silicona… pero como las webs, me quedé en construcción. Sonrió al decirlo,
una pequeña nota de humor para desdramatizar su realidad. No han podido terminar la reconstrucción
porque el cáncer volvió a dar la cara y ahora ataca a mis huesos. Mi oncólogo no cree recomendable seguir con
la reconstrucción al menos, no hasta que acabemos con la siguiente quimio.
Mientras tanto yo llevo tres años mutilada y sin poder mirarme, ni tocarme. Sin
desear ser tocada, ni mirada. El silencio se comió sus palabras. Quiero
aprovechar para reivindicar nuestro derecho a querer recuperar nuestra
feminidad y destacar el importante aspecto psicológico que el cáncer de mama
tiene en la mujer. El cáncer no solo te come por dentro, también afecta a
nuestra sexualidad.”* Así termino su
intervención. El auditorio rompió en aplausos y solo por escuchar a esta mujer que
a pesar de todo no tira la toalla y sigue luchando, mereció la pena estar allí.
El
congreso pretendía ser un encuentro y un espacio para que todos los colectivos
implicados en los procesos de la enfermedad compartieran sus experiencias,
necesidades y preocupaciones. Tanto
instituciones, hospitales, farmacéuticas, colectivos de pacientes, asociaciones
y agrupaciones se dieron cita este fin de semana en el Palacio de Congresos de
Madrid. Dentro del extenso programa
podías encontrar ponencias sobre la enfermedad, tratamientos de última
generación, avances médicos, cirugía, aspectos psicológicos. Pero también había
una área reservada a los talleres de bienestar e imagen, dentro de los que cabe
destacar los talleres de psicooncología, talleres de actividad física (Pilates y
Yoga para pacientes con cáncer de mama y sus familiares), los talleres ponte
guapa imprescindibles para la autoestima de los pacientes. En general un congreso por y para los
pacientes y sus familiares, para resolver todas sus dudas y miedos. Y sobre
todo para no sentirse solos en esta lucha.
No me
queda más que dar la enhorabuena a la Gepac por el magnífico trabajo que están
haciendo, con el único objetivo de representar los intereses de los afectados
por cáncer y nuestras familias a nivel estatal e internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario