viernes, 11 de noviembre de 2011

3ª Revisión

He afrontado ésta tercera revisión con fuerza y optimismo, avalada por mi buen estado de salud. Últimamente me encuentro en forma y he conseguido escapar de los primeros catarros del otoño, así que estaba relativamente tranquila y confiada.  “No es nada”, me repetía, “un análisis y listo”.  Para ser totalmente sincera, lo único que me preocupaba era que el calcio siguiera estando bajo, porque he hecho caso a medias a mi reumatóloga, y señores, me he tomado el calcio cuando me he acordado, que ha sido bastante poco.  No tengo excusa, en mi defensa diré que sabe a rayos y me sienta un poco mal al estómago, así que prefiero una tapita de queso que una pasitlla de Natecal ;)  De modo que me fui a la revisión con un poco de miedo de que mi reumatóloga descubriera mi mentirijilla y me reprendiera por ello.  ¿y qué es lo malo de confiarse? Pues que la bofetada viene por donde menos te la esperas.
Desde el punto de vista de mi reumatóloga los análisis están estupendamente, niveles normales de calcio y de vitamina D, hígado en su punto y ni gota de colesterol. Vamos como una rosa… PEROOOO, siempre hay un pero…  resulta que mis defensas han decidido suicidarse volviendo a niveles de quimioterapia.  Leucocitos por los suelos, neutrófilos de baja, en resumidas cuentas un desastre y un mangar para virus y bacterias que pueden anidar en mi organismo a sus anchas. Esto no me lo esperaba, sobre todo porque no he tenido síntomas de nada, ni un simple resfriado. Como os podréis imaginar y cuando tienes las emociones a flor de piel, en cuanto mi oncóloga me empezó a decir que los neutrófilo estaban muy bajos, y cual muñeca japonesa, empecé a llorar en la consulta. Como un resorte que salta en mi cabeza, la palabra neutrófilo desencadeno un sinfín de miedos y recuerdos, los que habéis pasado por la quimioterapia sabréis que si los niveles de neutrófilos están muy bajos no pueden ponerte el tratamiento con el consiguiente retraso en el tratamiento que supone eso.  Así que allí estaba yo, llorando en la consulta, preguntándome como era posible ese resultado.  Una vez superado el choc y más tranquila, decidí enfrentarme a esto con serenidad y calma.  Ayer acudí al hematólogo quién me explico que puede haber un sinfín de causas para justificar esta bajada de defensas y que no todas tienen porque ser una mala señal.  De momento hemos repetido los análisis y he interrumpido mi tratamiento con Tamoxifeno, en unos diez días volveremos a repetir los análisis y es entonces cuando sacaremos conclusiones.  De momento estoy tomando precauciones para evitar contraer infecciones y esperando que mi médula ósea se ponga a trabajar que con los tiempos que corren en buena hora se me ha ido a poner en huelga.


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