viernes, 5 de noviembre de 2010

Con sofocos y a lo loco

Efectos secundarios… ¡¡¡échate a temblar!!! Ya estoy llegando al final del tratamiento de quimioterapia, solo me quedan 3 sesiones de taxol (semanales). ¡¡¡No me lo puedo creer!! Estos meses se me han hecho eternos y cuesta creer que ¡esto está hecho! Lo que más me motiva es pensar que pronto se acabaran las mañanas en el hospital de día, los pinchazos, la triste realidad de esta enfermedad y las conversaciones sobre el apasionante mundo del cáncer. Se aprenden muchos trucos en las salas de espera y se comparten muchas cosas en las horas de tratamiento, allí todos enchufados a nuestras maquinitas como si fuéramos avatares. Es curioso como esta enfermedad no solo se apodera de tus células y se va expandiendo poco a poco, sino que es capaz de invadir también tu cerebro, pensamientos, conversaciones, días, noches, sueños, desvelos... En lo único que puedes pensar es en el cáncer. A veces me pregunto si algún día volveré a tener un día normal, lleno de preocupaciones banales y por qué no frívolas donde no aparezca la palabra cáncer ni una sola vez.

 Esta semana estoy un poco débil, los análisis han dado los resultados más bajos de neutrófilos de todo el tratamiento, el cuerpo pasa factura.  Estoy en la recta final pero creo que he medido mal mis fuerzas, esto es como una carrera de fondo hay que dosificarse porque nadie quiere desplomarse a unos metros de la meta. Bueno a lo que iba que me enrollo y nos cuento lo que quería.

Me hace mucha gracia cuando los médicos te hablan de los posibles efectos secundarios y siempre añaden la muletilla: “no todos tienen porque pasarte a ti”  Pues échate a temblar porque yo creo que no me he dejado ninguno en el camino.  

Se me ha caído el pelo, he sufrido nauseas, vómitos, dolores musculares, calambres en las manos y piernas, mucositis, me sangra la nariz, las uñitas se me están poniendo moradas y por si fuera poco “estoy menopáusica”.  ¡Ay madre, qué duro es ser mujer! Ya había oído hablar de los inoportunos sofocos y calores nocturnos, pero sinceramente no creí que fuera para tanto, esto me pasa por hablar.  Llevo unos diez días sufriendo los subidones y sinceramente que mal se pasa, no sé si es porque me agobio mucho o porque todavía no he aprendido a controlarlos, pero no lo estoy llevando nada bien.  El sofoco en si dura unos minutos y en seguida se pasa, pero la oleada de calor es tan repentina y en medio segundo estás sudando como un pollo que me altera bastante.  Ayer se lo comenté a mi oncóloga y me ha hablado de un nuevo fármaco que están utilizando para estos casos y al parecer con buenos resultados. Se llama Lyrica es de los laboratorios Pfizer, parece ser que reduce las oleadas de calor, quemazón y sofocos, también ayuda a regular el sueño y los cambios de humor.  Yo todavía no me lo puedo tomar hasta que no terminemos con el tratamiento pero es un alivio pensar que existe algo que me va ayudar a mejorar mi calidad de vida y sobretodo que no es una terapia hormonal sustitutiva, totalmente desaconsejada en mi caso.

 Os dejo un enlace con información relacionada con este fármaco, por si alguna estuviera interesada.


1 comentario:

  1. Hay una interpretación del cáncer de mama que difiere de una enfermedad sin sentido. Esta forma de verlo tiene la ventaja de poder trabajar sobre ella de forma activa. Un cáncer de mama, en sus diferentes tipos, posiciones y estadios, está relacionado con un conflicto vivido en relación a la desprotección con un ser cercano, o incluso con uno mismo. Podríamos decir que si la función biológica de la mama es dar protección y alimento al ser querido, en caso de un conflicto de desprotección, la orden dada por el cerebro a la mama es generar más protección y alimento. Es una visión diferente y empoderadora de la persona, que os animo a explorar, pues siendo compatible con todas las medicinas, solo puede ayudar a solucionar ese conflicto oculto que así se manifiesta. Para más información pueden visitar www.neuroemocion.com

    ResponderEliminar