jueves, 18 de noviembre de 2010

Adiós, quimio adiós


Otra equis en mi calendario, sólo me queda una sesión… and I’m done! Esta mañana he estado disfrutando de la experiencia de la quimio, ¡cómo la voy a echar de menos ¡JA!

Llevo varios días sin escribir y cuando por fin me arranco a plasmar algunas de las mil quinientas cosas que se me pasan por la cabeza a diario, no me sale mas que el hastío y el cansancio acumulado a lo largo de estos meses. Sólo una semana más. Tengo tantas ganas de terminar que la impaciencia me juega malas pasadas.  Sólo siete días. No paro de repetírmelo. Sólo 168 hora más. Tengo que hacer verdaderos esfuerzos para ir con una sonrisa al hospital de día, últimamente tan lleno de historias únicas, tristes, pero valientes. Todos entramos mirando el reloj y calculando el tiempo que vamos a tardar porque desde nuestros sillones miramos la puerta de salida, salida que queremos hacer para no volver.  Lo peor es que cuando terminas y caminas hacía la salida siempre te paras en el mostrador para decir “Hasta la semana que viene”.

Olores, colores, sonidos que se quedaran grabados en algún rinconcito de mi memoria. Sentidos alterados que volverán a mi en la oscuridad de la noche. Olores a desinfectante, yodos, paracetamoles, antieméticos, sueros, fármacos radioactivos… Colores rojos, rojos de sangre, fosforitos de ciclofosfamina, transparentes de taxoles, metálicos de cisplatinos… Sonidos, pitidos constantes de máquinas alertando del tiempo restante, alarmas, pi, pi, pi, pi… Enfermeras de bata blanca con sonrisas forzadas y amabilidad fingida, quizás hartas de turnos interminables, falta de personal y sueldos precarios. Hablo desde la ignorancia pues desconozco la situación laboral de las enfermeras, pero lo que no desconozco es la falta de tacto y el trato áspero con el que nos deleitan en cada sesión. No, no voy a echar de menos estos días. La ansiedad que me provoca el solo pensamiento es demasiado insoportable. Demasiado acostumbrada a controlar hasta el último detalle de mi vida y la incertidumbre del cáncer ha sacudido mis esquemas.

Al contrario de lo que se desprende de mis palabras, sigo con la fuerza del principio, dispuesta a llegar al final del tratamiento y reconquistar mi vida. No digo recuperar mi vida, porque hay cosas que no se pueden recuperar y que tampoco quiero recuperar, cosas que se han quedado en el camino, pero si quiero reconquistar una nueva vida. De alguna manera he vuelto a nacer y voy a empezar por decir adiós a las sesiones de quimioterapia. Etapa casi concluida. Sólo falta una…



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