martes, 19 de octubre de 2010

Efectos Secundarios

Los temidos efectos secundarios llegan con el tratamiento de quimioterapia, ¿qué tendrá la quimio que nos deja tan hechos polvo? Viendo los efectos secundarios es difícil pensar que ese brebaje que nos corre por las venas nos esté ayudando a combatir la enfermedad.  Yo personalmente prefiero ni pensarlo y en lugar de quedarme mirando en el espejo como mi cuerpecito se va deteriorando, pues busco remedios para llevarlo lo mejor posible.

La quimioterapia, para que nos entendamos, son una serie de fármacos que se suelen administrar por vía intravenosa y actúan destruyendo a las células que crecen descontroladas por nuestro organismo. La quimioterapia no distingue entre las células dañadas (tumorales) y las células sanas, por eso aparecen los efectos secundarios.  A pesar de todo es importante tener en cuenta que no todos los efectos secundarios tienen porqué aparecer y lo mejor es que un oncólogo te informe acerca de los efectos indeseables asociados a tu tratamiento.

Estaría mintiendo si os dijera que no me asustaba la quimio y que no me puse como una loca a buscar información en Internet. ¡¡¡ERROR!!!  Éso solo hace que aumente la ansiedad, la inseguridad y el miedo a sufrir.  Si algo he aprendido en estos meses es que nada gano con adelantar acontecimientos, ni preocuparme por cosas que puede que nunca sucedan. Así que lo mejor que se puede hacer es intentar relajarse y tener muy claro en nuestra cabeza que estamos recibiendo un tratamiento para curarnos y para prevenir una futura recaída.

Hoy os quiero contar los efectos secundarios que yo he sufrido y de momento sigo padeciendo, intentaré compartir algunos de los trucos que utilizo para hacerlos más llevaderos.

Alopecia

Pues sí, el pelo se cae. ¿Qué es lo más difícil? Para mi no reconocer a la persona que tenía frente al espejo.  La buena noticia: ¡¡es reversible!! Esta alopecia solo durará mientras esté recibiendo el tratamiento de quimioterapia, después empezará a crecer tímidamente.  De hecho ya tengo algunos pelitos, es más bien una pelusilla pero yo la quiero igual. Empecé a notar la caída a los 15 días de empezar mi tratamiento; al principio eran solo 4 pelos, pero después los mechones se quedaban enredados en mis dedos. No había necesidad de pasar por ese doloroso proceso, así que me corté el pelo a lo garçon hasta que la caída fue tan fuerte que tuve que raparme como la teniente O’Neill.  Mientras tanto había encargado una peluca de pelo natural estupenda que me permite salir a la calle con un aspecto natural y evita unas cuantas miradas.  Al principio me costó llevar la peluca, no me sentía yo misma me daba la sensación de que iba disfrazada, pero ahora forma parte de mi rutina, igual que me pongo un collar me pongo mi peluca.
A parte de la peluca intento proteger el cuero cabelludo, hay que tener en cuenta que la piel está muy sensible y que nunca antes ha estado expuesta al sol. Así que intento mantenerlo hidratado y protegido cuando salgo a la calle o bien con un pañuelo o con mi peluca. 

Náuseas y vómitos

Este es uno de los efectos secundarios más temidos y más difíciles de llevar.  Por suerte hay medicamentos antieméticos para paliar estos síntomas.  Expresar con palabras lo que se siente es complicado, a pesar de los medicamentos nadie me quitaba 3 o 4 días de una especie de resaca donde las náuseas iban y venían; me sentía muy vulnerable a los olores, a los sabores fuertes y a cualquier cosa que me recordase a un hospital.  Al fin y al cabo es natural que tu cuerpo reaccione así ante la toxicidad y de forma innata quiera eliminarla.  Durante los días malos, yo intentaba comer y beber despacio en pequeñas cantidades y varias veces al día.  Yo tengo la suerte de tener a mi madre que es una estupenda cocinera y se preocupa de mi dieta, así que durante esos días evito la cocina para no tener que enfrentarme a los olores que pueden resultarme desagradables.  Tampoco suelo comer cosas muy grasa, ni fritos, ni cosas demasiado dulces. Trato de evitar todo lo que a mi estómago le cueste digerir.

Mucositis

Esta es otra de las perlitas que me ha dejado la quimio, las alteraciones en la mucosa de la boca son muy frecuentes. Las células de la mucosa de la boca se dividen de forma muy rápida por lo que éstas son muy sensibles a la quimioterapia.  La mucositis consiste en una inflamación de la boca, encías y a veces también viene acompañada por llagas o úlceras dolorosas.  No falla, a los 7 días de recibir mi sesión aparecían las primeras molestias. No hay mucho que podamos hacer, lo más importante es una buena higiene. En mi caso, me lavo los dietes después de cada comida con pastas de dientes suaves y fluoradas y me enguajo con agua de bicarbonato y sal.  En varias ocasiones he tenido que tomar antibióticos para acabar con la infección.


Hasta ahora estos son los efectos secundarios que he sufrido, que no son pocos, el resto como el cansancio o los dolores musculares son más llevaderos y la mejor medicina es descansar cuando el cuerpo te lo pida.  El otro día hablaba con mi psicóloga y me hizo reflexionar sobre este punto. Antes de la enfermedad apenas escuchaba a mi cuerpo, podía estar más de 12 horas subida en unos tacones, ir de acá para allá sin sentir la más minima molestia o síntoma de cansancio. Sin embargo, mi cuerpo me estaría mandando las mismas señales de cansancio o molestias que me envía ahora, con la diferencia de que antes estaba sorda.  Ahora mis sentidos están despiertos, escucho a mi cuerpo e intento darle lo que me pide para encontrar un equilibrio y sentirme más sana.


Para terminar este post quiero compartir con vosotros una publicación que me recomendó mi oncóloga para mantener las náuseas bajo control. 










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