Llevo
semanas queriendo escribir en el blog, pero cada vez que me sentaba en el
ordenador me quedaba en blanco, sin saber por dónde empezar.
Lo más
sencillo será empezar por decir que estoy bien, que sigo pasando revisiones y
que todo va muy bien. Salgo de la consulta de oncología con un nuevo sello de
ITV, y por fin me han espaciado las revisiones a 6 meses. Cosa que agradezco profundamente, porque a
pesar de encontrarme bien y de haber casi olvidado el 2010 “annus horribilis”, según pasa el tiempo he ido desarrollado una
aversión, rozando la fobia a los hospitales.
Me dan ataques de ansiedad y lo paso francamente mal. Imagino que no seré la primera, ni la última
que sufre estos episodios y que vengo padeciendo desde hace unos meses. Estoy
trabajando en algunas técnicas de relajación con mi psicóloga para superar ese
miedo irracional que se ha instalado en mi cabeza. Quitando estos pequeños flecos que solo me
preocupan cuando se acerca alguna cita en el calendario, he de decir que he
recuperado al 100% mi vida.
Tanto
es así que solo me quedaba un reto al que enfrentarme y que no he vuelto a
mencionar en este blog. Las cicatrices….
Y no porque no me las vea todos los días y me recuerden cada uno de los
momentos vividos, esas cicatrices son mucho más profundas. Sino porque llega un
momento en que tienes que avanzar con o sin ellas y aprendes a mirar sin
verlas. Hace tiempo os conté que cuando
me retiraron el reservorio me apareció un queloide y que llevo más de un año
intentando que desaparezca la cicatriz con diferentes tratamientos. He probado la cirugía, las inyecciones de
corticoesteroides (súper dolorosas), la crioterapia… y sin éxito. La cicatriz
cada vez era más grande y lo último era que la piel se había retraído quedándome
un hueco rosado y hundido. Cansada de
verme la cicatriz, de aplicarme aceite de rosa mosqueta, aloe vera y demás ungüentos… acudí a un cirujano plástico. Tenía que
probar y si esto no daba resultado entonces tiraría la toalla y asumiría la
dichosa cicatriz. Me recomendaron un
buen cirujano plástico, con experiencia en reconstrucciones de mama, y me
planté en su consulta. Estuvimos hablando de las diferentes técnicas y estudiando
mis secuelas, y me habló por primera vez del lipoimplante. Esta técnica consiste en extraer grasa, normalmente
del abdomen, para re-implantarla donde sea necesario, en mi caso para rellenar
las cicatrices. Así que después de darle
muchas vueltas y gestionar mi ansiedad, me decidí como una celebrity más a
pasar por el quirófano. Al fin y al cabo
una fashion victim como yo, adicta a las compras, cremas y al cuore no podía
ser menos y no tener un cirujano plástico!!!
De modo que con buen humor decidí gastar el último cartucho y ya puestos
reconstruirme el pecho, 2 X 1 le dije al médico. Si tengo que entrar al quirófano
que sea de una vez, no creo que reúna el valor para entrar otra vez. Que quede claro que pedí anestesia general
porque estaba muerta de miedo y solo de pensar en batas verdes me revolvía el
estómago. Dejando de un lado la frivolidad, me ha costado mucho tomar esta
decisión y atreverme a pasar una vez más por el quirófano, pero no me
arrepiento. Aún con los puntos y con el
abdomen amoratado creo que mereció la pena. Cada paso que doy para borrar las
cicatrices o recuperar mi autoestima es tan importante como cualquier sesión de
tratamiento. El cáncer no se cura solo
en las salas de los hospitales recibiendo quimioterapia, el cáncer se cura cada
día con acciones o gestos que nos devuelven la sonrisa y las ganas de vivir. Ahora tengo que esperar unas semanas a que los implantes se fijen y los puntos se curen, y después me daran una sesión de láser para blanquear la cicatriz y que desaparezca así ese color rosaceo que tenía. Os iré contando.... todo lo que estoy aprendiendo sobre cirugía plástica ;)
Hola Paloma! Acabo de descubrir tu blog. Yo acabo de terminar la quimio y mañana empiezo la radio. También me dan ansiedad los hospitales y estoy agotada de todos estos meses. Me parece genial que no te rindas para borrar tus cicatrices, lo importante es que estés agusto con tu cuerpo y que nuestra vida vuelva a la normalidad. Yo estoy deseando verme con pelo para sentirme normal y no pensar en este rollo cada vez q me miro al espejo. Un beso. Mei
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