domingo, 7 de octubre de 2012

Borrando cicatrices


Llevo semanas queriendo escribir en el blog, pero cada vez que me sentaba en el ordenador me quedaba en blanco, sin saber por dónde empezar.   

Lo más sencillo será empezar por decir que estoy bien, que sigo pasando revisiones y que todo va muy bien. Salgo de la consulta de oncología con un nuevo sello de ITV, y por fin me han espaciado las revisiones a 6 meses.  Cosa que agradezco profundamente, porque a pesar de encontrarme bien y de haber casi olvidado el 2010 “annus horribilis”, según pasa el tiempo he ido desarrollado una aversión, rozando la fobia a los hospitales.  Me dan ataques de ansiedad y lo paso francamente mal.  Imagino que no seré la primera, ni la última que sufre estos episodios y que vengo padeciendo desde hace unos meses. Estoy trabajando en algunas técnicas de relajación con mi psicóloga para superar ese miedo irracional que se ha instalado en mi cabeza.  Quitando estos pequeños flecos que solo me preocupan cuando se acerca alguna cita en el calendario, he de decir que he recuperado al 100% mi vida.

Tanto es así que solo me quedaba un reto al que enfrentarme y que no he vuelto a mencionar en este blog. Las cicatrices….  Y no porque no me las vea todos los días y me recuerden cada uno de los momentos vividos, esas cicatrices son mucho más profundas. Sino porque llega un momento en que tienes que avanzar con o sin ellas y aprendes a mirar sin verlas.  Hace tiempo os conté que cuando me retiraron el reservorio me apareció un queloide y que llevo más de un año intentando que desaparezca la cicatriz con diferentes tratamientos.  He probado la cirugía, las inyecciones de corticoesteroides (súper dolorosas), la crioterapia… y sin éxito. La cicatriz cada vez era más grande y lo último era que la piel se había retraído quedándome un hueco rosado y hundido.  Cansada de verme la cicatriz, de aplicarme aceite de rosa mosqueta, aloe vera y demás ungüentos…  acudí a un cirujano plástico. Tenía que probar y si esto no daba resultado entonces tiraría la toalla y asumiría la dichosa cicatriz.  Me recomendaron un buen cirujano plástico, con experiencia en reconstrucciones de mama, y me planté en su consulta. Estuvimos hablando de las diferentes técnicas y estudiando mis secuelas, y me habló por primera vez del lipoimplante.  Esta técnica consiste en extraer grasa, normalmente del abdomen, para re-implantarla donde sea necesario, en mi caso para rellenar las cicatrices.  Así que después de darle muchas vueltas y gestionar mi ansiedad, me decidí como una celebrity más a pasar por el quirófano.  Al fin y al cabo una fashion victim como yo, adicta a las compras, cremas y al cuore no podía ser menos y no tener un cirujano plástico!!!  De modo que con buen humor decidí gastar el último cartucho y ya puestos reconstruirme el pecho, 2 X 1 le dije al médico. Si tengo que entrar al quirófano que sea de una vez, no creo que reúna el valor para entrar otra vez.  Que quede claro que pedí anestesia general porque estaba muerta de miedo y solo de pensar en batas verdes me revolvía el estómago. Dejando de un lado la frivolidad, me ha costado mucho tomar esta decisión y atreverme a pasar una vez más por el quirófano, pero no me arrepiento.  Aún con los puntos y con el abdomen amoratado creo que mereció la pena. Cada paso que doy para borrar las cicatrices o recuperar mi autoestima es tan importante como cualquier sesión de tratamiento.  El cáncer no se cura solo en las salas de los hospitales recibiendo quimioterapia, el cáncer se cura cada día con acciones o gestos que nos devuelven la sonrisa y las ganas de vivir.  Ahora tengo que esperar unas semanas a que los implantes se fijen y los puntos se curen, y después me daran una sesión de láser para blanquear la cicatriz y que desaparezca así ese color rosaceo que tenía. Os iré contando.... todo lo que estoy aprendiendo sobre cirugía plástica ;)
 
 

 

 

1 comentario:

  1. Hola Paloma! Acabo de descubrir tu blog. Yo acabo de terminar la quimio y mañana empiezo la radio. También me dan ansiedad los hospitales y estoy agotada de todos estos meses. Me parece genial que no te rindas para borrar tus cicatrices, lo importante es que estés agusto con tu cuerpo y que nuestra vida vuelva a la normalidad. Yo estoy deseando verme con pelo para sentirme normal y no pensar en este rollo cada vez q me miro al espejo. Un beso. Mei
    http://www.tetarota.blogspot.com.es/

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