jueves, 11 de agosto de 2011

2ª Revisión con nota!

Buenos días!

Con el blog cerrado por vacaciones, no os he contado que he pasado mi segunda revisión con nota!  Esta segunda revisión sólo consistía en un análisis de marcadores, cosa que agradezco enormemente porque el mero hecho de pensar en ir al hospital me revuelve el estómago.  El caso es que los resultados de los análisis son fantásticos y dicho por mi oncóloga “estoy teniendo una recuperación asombrosa (por la rapidez)”. Así que este resultado me tranquiliza mucho y disipa un poco el inevitable miedo a una posible recaída. He de confesar que esperaba buenos resultados en los análisis porque cada día me encuentro un poco mejor y yo diría que estoy a 90%.  El 10% restante se lo atribuyo íntegramente a los malditos trastornos de la menopausia!!! Los sofocos me tienen loca, no veo la hora de que termine el verano, me lo contaban y yo pensaba… bueno no será para tanto! Pues sí lo es!!!  Todo el día con el abanico en la mano, te vienen en los momentos más inoportunos, y eso por no hablar de las noches…. ¿Qué hacer? Pues no hay mucho que se pueda hacer… yo sigo tirando de la homeopatía para aliviar los síntomas, pero en el mercado existen miles de pastillas que anuncian sus bondades para paliar los molestos trastornos… tratamientos que por otra parte, no están científicamente probados pero que se toleran por ser inocuos para nuestra salud.  Y yo me pregunto ¿Cómo es posible que a estas alturas no hayan dado con algún fármaco que haga desaparecer estos incomodos sofocos?  ¿sería lo mismo si lo padecieran los hombres? Hay lo dejo…

Os dejo un poco de información práctica acerca de mis amigos los SOFOCOS
Características:
Pueden existir mujeres, entradas en la menopausia, con un solo sofoco al mes frente a otras que padezcan uno cada media hora. La mayoría de ellas tienen sofocos esporádicos y moderados; sin embargo, la estadística dice que entre un 10 y un 15% de mujeres padece sofocos frecuentes y severos.


Las mujeres con menopausia quirúrgica padecerán sofocos más intensos y más duraderos. Un 5% de ellas tendrá sofocos hasta los 75/80 años de edad.

A lo largo del tiempo los sofocos varían. En muchas ocasiones se presentan inicialmente por la noche, aunque después suceden también de día. Su frecuencia va disminuyendo progresivamente.

Un sofoco puede durar entre 3 y 6 minutos; en ocasiones pueden ser de menor duración, aunque también se han descrito sofocos de más de 30 minutos.

La mayoría de las veces este tipo de episodios se mantiene entre 6 meses y 2 años, pero, como hemos dicho, algunas mujeres pueden padecerlos durante 15-25 años o incluso 40.

Con frecuencia la aparición de los sofocos es espontánea, pero pueden existir factores desencadenantes que los provoquen, tales como estrés, temperatura húmeda y caliente, un espacio cerrado, o la ingestión de café, alcohol y comida con especias.


Causas:
Existen muchas teorías acerca del motivo o motivos desencadenantes de la aparición de los sofocos en la menopausia, pero la realidad es que no se conocen todavía. Lo que sí está confirmada es su relación con la bajada de las hormonas femeninas: los estrógenos.

Las secuencias clínicas que caracterizan a los sofocos parecen responder a una alteración del control regulador de la temperatura, situado en la zona cerebral hipotalámica. Un factor desconocido debe activar el mecanismo de la pérdida de calor que va acompañado de una dilatación de los vasos sanguíneos y sudor; posteriormente se estimula el mecanismo de conservación del calor con vasoconstricción y escalofríos.

En otras palabras, cuando comienza un sofoco el cuerpo intenta perder calor, necesita enfriarse, y responde bajando su temperatura. Después de conseguirlo recupera el estado normal para conservar y mantener la temperatura.

Tratamientos:
Es importante que la mujer que está preocupada por este tipo de episodios conozca lo que está sucediendo en su cuerpo, ya que de esta manera los podrá controlar mejor. Asimismo las mujeres que tienen sofocos deberán conocer los diversos factores que pueden precipitarlos y contribuir así a evitarlos.

El mejor tratamiento para los sofocos que aparecen como producto de la
menopausia lo constituyen las hormonas sustitutivas, es decir, los estrógenos y los estrógenos con la progesterona. También existen otros productos no hormonales que mejoran los sofocos. Los tratamientos con hormonas sustitutivas están totalmente desaconsejados en los casos de tumores hormono dependientes. En cualquier caso, es mejor consultar con el médico antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento.

Existen otras alternativas que han demostrado su eficacia en el alivio de los sofocos producidos por la
menopausia, como tener un ambiente más bien frío en la habitación y evitar los ambientes calurosos.

Los ejercicios regulares también reducen los sofocos. Los ejercicios de relajación muscular pueden disminuirlos hasta en un 40%, así como alguna técnica de acupuntura.


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