Me queda sólo una semana para empezar las sesiones de radioterapia. Ya he pasado por los controles de calidad (jejeje), incluso me han puesto el sello de la casa de por vida (cuatro puntitos tatuados en el pecho que me llevaré como souvenir). Así que todo esta apunto para que el próximo lunes empiece la cuenta atrás, 25 sesiones y seré una mujer libre.
Me enfrento a la radioterapia pensando que lo más duro ya ha pasado y que esto va a ser un paseíto agradable por el parque. Espero no estar equivocada y que mi paseo se convierta en una caminata campo a través con más cuestas que la etapa reina del Tourmalet. Tengo la piel muy clarita y sensible, por lo que estoy extremando las precauciones y siguiendo al pie de la letra las recomendaciones de mi oncóloga y enfermera. No me gustaría acabar con una quemadura del 3º grado y encima retrasando más el tratamiento. En principio tengo bajo control la ansiedad que me produce este nuevo tratamiento, y espero y deseo llevar bien esta última etapa.
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